El problema aquí, desde luego, es el gancho. Aún cuando parezca que los peces logran zafarse de los anzuelos con asombrosa facilidad, los niños generalmente quedan enganchados.
Si los padres y el niño logran mantener la calma, se puede extraer el anzuelo sin recurrir al médico, salvo cuando se ha clavado en un ojo. (No se debe hacer ningún intento de extraer un anzuelo que ha penetrado en el globo ocular; ésta es labor de un médico.)
Los padres necesitarán la confianza y cooperación del niño para evitar la visita al consultorio, cuyas únicas ventajas son la posibilidad de aplicar un anestésico local y la de contar con manos adicionales para sujetar al niño. Es preciso recordar que la inyección de un anestésico duele algo, por lo que su aplicación no estriba en elegir entre el dolor y la ausencia del dolor.
Tratamiento casero
El anzuelo, en ocasiones, da una vuelta entera, de manera que la punta queda apenas por debajo de la piel. Aquí, la mejor técnica consiste en empujar el anzuelo hacia adelante para que salga a través de la piel, cortar el gancho con pinzas para alambre y extraerlo tirando hacia atrás, como penetró en los tejidos.
En otras, apenas está incrustado el gancho, por lo que se puede extraer el anzuelo si se sujeta el tallo (con pinzas es más fácil), se empuja ligeramente hacia delante, alejándolo del punto en que está alojado el gancho, y se tira del anzuelo hacia fuera. A veces estas maniobras no dan resultado.
En esos casos, con el método que se ilustra en la página siguiente, general mente se consigue desalojar el anzuelo con rapidez y prácticamente sin dolor. Primero se pasa un trozo de sedal por la curvatura del anzuelo, para sujetarlo, y en el momento adecuado se aplica un brusco tirón que permite extraer el gancho en la misma línea del tallo del anzuelo.
(A) Sosteniendo el tallo, se empuja el anzuelo ligeramente hacia dentro, alejándolo del gancho, a fin de desalojarlo. (B y C) Manteniendo constante esta presión que deja libre el gancho, se da un rápido tirón al sedal y el anzuelo salta hacia fuera. Una vez que esto se ha logrado, es preciso cerciorarse de que la vacuna antitetánica esté todavía vigente.
Si este método fracasa, entonces hay que empujar el anzuelo hasta hacer salir el gancho, que se corta con pinzas de la manera previamente descrita. Sin embargo, esto puede ser un poco más doloroso de lo que el común de los niños puede tolerar con ecuanimidad.
Si ninguno de estos intentos tiene éxito, una visita al consultorio resolverá el problema. Obsérvese que un de pinzas con puntas afiladas debe formar parte de los arreos de pesca.