Estos son síntomas que generalmente denotan conjuntivitis, o sea, la inflamación de la membrana que envuelve el ojo y la superficie interior de los párpados. La inflamación puede deberse a la presencia de irritantes en el aire, a alergia a algo suspendido también en el aire o a una infección viral o bacteriana.
El recién nacido puede tener una secreción ocular en los primeros días de vida; ésta es causada por las gotas oftálmicas que se le administran para protegerlo contra una infección gonocócica.
La secreción persiste por lo regular 2 días; cualquier otra secreción ocular a partir del tercer día, suele ser el resultado de una infección o dé una obstrucción en los conductos lagrimales.
Los contaminantes del medio ambiente pueden provocar ardor y comezón, a veces tan intensos, como los causados por los gases lacrimógenos. Estos síntomas denotan conjuntivitis de origen químico, que la padecerá cualquiera que se exponga el tiempo suficiente a esos irritantes.
Una habitación llena de humo de cigarrillos, el cloro contenido en el agua de una piscina, las tormentas de polvo o la luz solar muy brillante -sobre todo la reflejada en la nieve- pueden provocar irritaciones físicas o químicas semejantes.
En contraste, la conjuntivitis alérgica afecta únicamente las personas sensibles. El alergeno se encuentra casi siempre en el aire, siendo el más común el polen de los pastos. El problema del polen se presenta según la estación del año y, por lo regular, persiste de2 a3 semanas.
El catarro viral a veces se acompaña de una conjuntivitis ligera que, cuando es epidémica, se debe a un virus. En estos casos la secreción ocular es menos espesa que en las conjuntivitis bacterianas graves, y a menudo se observa un ganglio linfático inflamado delante del oído.
Otra conjuntivitis también común es la observada aproximadamente el primer día del sarampión. Algunos virus, por ejemplo, el del herpes, pueden causar una dolorosa ulceración de la córnea que afecta la vista. Las infecciones bacterianas producen pus y una secreción ocular abundante y espesa.
A menudo, cuando el paciente despierta por la mañana, la secreción se ha secado y formado costras en los párpados, que quedan «pegados». Estas infecciones requieren antibioterapia.
Tratamiento casero
Si los síntomas se deben a agentes físicos o químicos o a alérgenos, el único remedio consiste en evitar estas sustancias. Para los casos muy graves existen gafas especiales que protegen los ojos contra el polen. Los antihistamínicos, cuya venta no requiere d; receta médica, son de cierta utilidad en las alergias, pero no se debe esperar que proporcionen una curación completa; además pueden producir somnolencia.
De modo semejante, la infección viral relacionada con un catarro o gripa seguirá su curso durante algunos días, por lo que conviene tener paciencia. Si la conjuntivitis es por sarampión, resulta menos molesta cuando se amortigua la luz.
De no obtenerse una mejoría, si se tornan más espesas las secreciones o si hay dolor de ojos o un trastorno visual, es indispensable acudir al médico. Las infecciones bacterianas de los ojos no siempre se acompañan de fiebre y, como son superficiales, el suave lavado del ojo ayuda a eliminar una parte de las bacterias; sin embargo, de cualquier manera es necesario recurrir al médico. Las gotas oftálmicas como Murine yVisine rara vez dan algo más que un alivio muy transitorio.