Un simple frasco de vidrio puede convertirse en un lindísimo florero. Paso a paso, cómo lograrlo. De manera muy fácil y a la ves estamos reciclando las cosas que ya no usamos, también es una tarea muy divertida para realizar con nuestros hijos.
Materiales:
- frasco de vidrio
- amoníaco
- cola
- esponja
- brocha
- alcohol
- pasta de contorno
- pintura mate para vidrio
- cúter
- disolvente
- cinta
- cuentas de cristal
1. Antes de comenzar limpiar bien el frasco frotando la superficie con amoníaco y secar. Calcar el dibujo que desea para el vidrio y fijarlo en la parte interior del frasco con cinta adhesiva, de manera que pueda dibujar el motivo por fuera del mismo con la pasta de contorno.
2. La pasta tarda en secar unas dos horas. Cuando se haya secado, dé color al frasco con pintura mate para vidrio en el color elegido, en este caso amarillo. Aplicar dos capas de pintura con ayuda de una brocha plana y estrecha, dejando secar entre cada aplicación. El aspecto de la pintura tiene que ser homogéneo y consistente.
3. Una vez seca la superficie, retirar con un cúter la pasta de contorno del dibujo. Si queda algún resto, desprender frotando con una esponja humedecida. Cuando la zona del dibujo esté seca, extender cola e ir pegando las cuentas de cristal.
4. Para rematar el trabajo, rodear la boca del frasco con cinta de color, de forma que queden ocultos los surcos de la rosca de la tapa. Adherir la cinta con la misma cola utilizada para las cuentas de cristal.