Jue. Oct 3rd, 2024

diarrea en niños tratamientoLa diarrea es otro problema frecuente en los niños de cualquier edad, aunque, lo mismo que el estreñimiento, puede tratarse de una variación normal más que una enfermedad.

Los recién nacidos que reciben exclusivamente lactancia materna tienen evacuaciones más frecuentes y heces más blandas que los alimentados con biberón.

Una docena de evacuaciones blandas al día, o aun más, no son una rareza en los primeros: sin embargo, pese a su frecuencia, no se las puede considerar diarrea.

En los lactantes la diarrea se compone de evacuaciones líquidas muy frecuentes y abundantes. En los niños de mayor edad, dos o tres evacuaciones, al día, de blandas a líquidas, pueden considerarse un signo de diarrea.

La causa más frecuente de diarrea es la gastroenteritis viral, que a menudo se presenta con otros síntomas, como fiebre, secreción nasal y fatiga. Lo mismo que en la mayoría de las infecciones virales, el problema no debe persistir más de tres o cuatro días. La diarrea suele acompañarse de vómito, lo que agudiza la pérdida de líquidos.

Como en estos casos se pierden líquidos por ambos extremos del tubo digestivo, resulta de vital importancia mantener la debida hidratación del paciente. Enla Sección Ase describe la forma de evaluar el estado de hidratación del niño.

En ocasiones, la diarrea puede deberse también a una infección bacteriana. Los microorganismos generalmente provienen del agua potable o de alimentos contaminados, capaces de causar infecciones de gravedad en el lactante. La diarrea copiosa, líquida y, sobre todo, sanguinolenta, debe alertar sobre la posibilidad de una infección bacteriana.

Ante la presencia de virus y bacterias, el intestino responde con movimientos para rechazar los invasores. En estas infecciones puede haber irritación de las membranas que tapizan el intestino, así como cierto daño temporal de las células que producen las enzimas indispensables para la digestión, en gran parte entorpecida porque los alimentos pasan demasiado rápidamente a través del intestino.

Al alterar las bacterias normales del intestino los antibióticos a menudo provocan diarrea. De ocurrir esto es preciso comentarlo con el médico que prescribió los antibióticos.

En la infancia la diarrea a menudo se atribuye, aunque rara vez con fundamento, a alergia a la leche. Siempre que los padres o el médico vean esta posibilidad es indispensable investigarla a conciencia, antes de suspender el consumo de leche.

La diarrea crónica es siempre grave, pero afortunadamente no se registra con frecuencia en los niños. De presentarse, precisa de la atención del médico, sobre todo si se acompaña de reducción de peso.

Diarrea en Niños Tratamiento

El manejo de la diarrea es enteramente dietético. Todos los niños poseen la reserva calórica suficiente para soportar varios días sin tomar ningún alimento, pero sus reservas de líquidos nunca son bastantes.

El tratamiento de la diarrea comienza con la administración de líquidos transparentes. Ciertos productos como Gatorade o Pedialeyte no aventajan gran cosa al jugo de manzana o a los refrescos embotellados sin gas (sí, he aquí una situación en que recomendamos beber refrescos).

Si el niño parece estar en condiciones de retener líquidos en el estómago, se le puede dar alimentos que suelen producir cierto estreñimiento, como plátanos, arroz, puré de manzana y pan tostado. Conviene evitar la leche, porque durante el periodo diarreico a menudo se pierde la enzima lactasa y, dado su alto contenido en lactosa, no se puede digerir debidamente la leche.

Por espacio de varios días deben evitarse las grasas, porque no permanecen en el intestino el tiempo suficiente para su digestión. Aunque no se dispone de pruebas irrefutables de que sea perjudicial la presencia de grasa no digerida en el tubo digestivo, sí se sabe que da fetidez a las evacuaciones.

Si al cabo de 3 días de dieta líquida el niño aún presenta diarrea acuosa, es necesario consultar telefónica-mente al médico. A menudo recomendará la reintroducción de alimentos sólidos, ya que la dieta líquida prolongada puede provocar también diarrea.

No existen medicamentos que nosotros consideremos eficaces y, a la vez, inofensivos para los niños. En especial deben evitarse en la infancia los preparados narcóticos o sus semejantes (Paregóricos. Parelixir, Lomotil) que se utilizan como antidiarreicos en los adultos.

Diversos productos que se venden sin prescripción médica, por ejemplo Kao-Pectate, Kaolin y Pectin, cambian la consistencia de las heces de liquida a semisólida, pero no reducen el volumen ni la frecuencia de las evacuaciones.

Tan pronto comience la diarrea en el lactante, conviene aplicar una delgada capa de vaselina en la región que cubren los pañales para proteger la piel. De estar ya lesionada la piel y con ulceración, deben evitarse los ungüentos y adoptarse todas las medidas posibles para mantenerla seca.

Qué esperar del consultorio

El médico recabará la historia clínica y llevará a cabo el examen físico para evaluar la deshidratación del paciente. Inspeccionará el abdomen. A menudo estudiará las heces bajo el microscopio y en ocasiones ordenara un coprocultivo.

Puede también estudiar una muestra de orina, lo que contribuye a la evaluación de la deshidratación. En caso de infección bacteriana quizá prescriba un antibiótico. La diarrea crónica siempre precisa de una valoración más a fondo de las heces de análisis de sangre y, a menudo, de estudios radiológicos del tubo digestivo.

Por Atomico