El eczema generalmente se observa en niños con historia familiar de eczema, fiebre del heno o asma. El problema subyacente es la incapacidad de la piel para retener la debida cantidad de agua; la piel del niño con eczema es, por lo tanto, muy seca, lo que ocasiona comezón. En su mayoría, las manifestaciones del eczema son la consecuencia de rascarse.
En los niños de muy corta edad, que no pueden rascarse, la manifestación más frecuente son las mejillas rojas, secas y con ligera descamación. Además, el lactante encuentra la manera de frotarse las mejillas contra las sábanas, lo cual produce su enrojecimiento.
En este grupo de edad, el eczema también puede aparecer en donde los calzones de hule rozan la piel. La presión ejercida por la elasticidad de esta prenda da origen a la característica lesión roja y descamativa. En los niños de mayor edad es muy frecuente que el eczema afecte las corvas y los pliegues del brazo.
La exudación y la formación de costras denotan que el eczema se ha complicado con una infección bacteriana, y lo más probable es que sea preciso acudir al médico.
El eczema tiene un curso muy variable. En algunos niños es sólo un problema leve y pasajero, mientras que en otros las manifestaciones perduran toda la vida.
Tratamiento casero
Es necesario evitar que la piel se seque demasiado, por lo que no convienen los baños frecuentes, que resecan aún más la piel. Aunque el niño sienta alivio mientras esté en el agua, después del baño la comezón se hará más intensa, por el efecto secante del agua.
La sudoración empeora las lesiones, por lo tanto no se debe abrigar mucho al niño. Es importante que sea ligera su ropa de dormir. El contacto con lana y seda parece agravar el eczema en algunos niños, así que conviene evitar estas telas.
Las uñas de las manos deben mantenerse bien recortadas, para atenuar los efectos de rascarse. En los niños que ya participan en los quehaceres de la casa, el uso de guantes de goma pueden ayudar a prevenir que las manos se resequen después de lavar los platos o el automóvil.
Es más conveniente asear al niño con un agente limpiador y humectante, como la loción Cetaphil.
Aunque la natación en agua dulce, ya sea en ríos, lagos o albercas, puede agravar el eczema al resecar adicionalmente la piel, ello no ocurre en el mar; entonces, el niño puede darse baños de mar libremente.