Es en el siglo XVII tanto en Madrid como en Sevilla aparecen los primeros nombres de artesanos de abanicos. Pero no fue hasta entrado el siglo XVIII cuando Valencia se fundó el gremio de artesanos abaniqueros y la Real Fábrica de abanicos, así fue como la capital del Turia, se consolidó como centro productor. Los años de mayor esplendor de abanicos manufacturados llegaron de la mano del alicantino José Coromina. Él fue quién llevó la producción de abanicos a lo más alto. Años más tarde y con el estallido de de la Guerra Civil toda la industria abaniquera quedó paralizada, iniciándose un proceso de lenta recuperación en los gremios ubicados en Godella y Aldaia a partir de 1983.
En la actualidad las localidades colindantes a la capital valenciana, Aldaia y Alacuás siguen produciendo abanicos de una forma totalmente artesanal con el fin de seguir difundiendo esta arraigada tradición. El edificio de la LLotgeta, una antigua casa de más de 400 años de antigüedad, ofrece al visitante todo lo relacionado con dicho utensilio, abanicos del siglo XVIII, de diferentes tamaños, con complejos calados y sencillos. En este proyecto están involucradas 9 empresas manufactureras de abanicos con el fin de dar a conocer y preservar su riqueza cultural. Una colección repleta de fotografías, maquinaria tradicional, documentos, y como no, abanicos que pueden visitarse de manera gratuita durante los fines de semana en la localidad de Aldaia. Esta localidad exporta a todo el mundo.
A pesar de la existencia de maestros y artesanos abaniqueros en Valencia, este histórico utensilio se importaba de de Italia y Francia llegando a eclipsar la producción local. Debido a esto Carlos II limitó la entrada de abanicos de otros países, favoreciendo así la producción estatal. Valencia fue la cuna del abanico español y lo sigue siendo. En la actualidad siguen manufacturando abanicos diseñados de manera exclusiva para la festividad de las Fallas.
Las Fallas son las fiestas valencianas anuales más importantes de toda la región. Así pues los abanicos son accesorio necesario e indispensable para una fallera. Estos realizados con encaje de bolillos, unas varillas pulidas, caladas y adornado. La fallera elije el encaje a su gusto y el maestro abaniquero lo personaliza según las directrices de la misma. Otro tipo de abanicos vendidos en la Comunidad Valenciana son los diseños para novias, los abanicos turísticos o bien abanicos blancos para decorar al gusto.