En los niños, el dolor de pecho se debe frecuentemente a una tos intensa, que llega a producir una sensación quemante detrás del esternón.
Este tipo de molestia también puede originarse en la pared torácica (que incluye músculos, ligamentos, costillas y el cartílago de éstas), los pulmones, la membrana que envuelve al corazón (pericardio), el esófago, el diafragma, la columna, la piel e incluso los órganos situados en la porción superior del abdomen.
A menudo es difícil hasta para el médico determinar el sitio exacto del dolor. En términos generales, el dolor que se intensifica cuando el niño respira, tose o se desplaza se debe a un problema de la pared torácica, los pulmones o el pericardio. Los dolores de otro tipo pueden deberse a ano cardiacas o de los órganos abdominales.
La aguda punzada, de apenas unos segundos de duración, que a menudo padecen los jóvenes sanos no significa nada; probablemente se debe a una burbuja de gas atrapada en el estómago. La sensación de un «bloqueo» respiratorio al final de una inspiración profunda también es trivial y no hace falta atenderla.
Los dolores cardiacos casi nunca ocurren antes de los 30 años de edad. Se comprueba si el dolor se origina en la pared torácica cuando se produce o se intensifica, al oprimir el pecho con un dedo sobre el punto de la molestia, que generalmente empeora con los movimientos torácicos.
El síndrome de hiperventilación (Estrés, ansiedad y depresión) es una causa frecuente de dolor torácico, sobre todo en la adolescencia. Debe sospecharse este síndrome en los desvanecimientos acompañados de hormigueo de los dedos de las manos.
Uno de los cuadros graves que pueden presentarse como dolor torácico es el neugarre de la membrana que envuelve el pulmón y a la consiguiente acumulación de aire alrededor de este órgano, que se comprime.
A menudo se presenta el neumotórax en pacientes con historia de asma, pero puede surgir espontáneamente en sujetos que no han padecido ningún trastorno pulmonar. En este cuadro la respiración se torna progresivamente más difícil; cuando el dolor se acompaña de disnea, es indispensable consultar de inmediato al médico
Un ataque cardiaco en cualquier miembro de la familia suele ser una experiencia que infunde pavor en todos los demás. No es infrecuente que en estos casos los niños se preocupen por el estado de su propio corazón.
Muy a menudo los alarman los pequeños malestares torácicos y temen que también ellos están próximos a sufrir un ataque cardiaco. Los padres deben tomar en serio esas pequeñas molestias, para la; cuales casi invariablemente sólo bastar unas palabras tranquilizadoras.
Finalmente, el dolor torácico puede deberse a un esfuerzo inusitado para e: sujeto; en estos casos el dolor suele ser transitorio, ya que desaparece con unos poco, minutos de reposo.
Tratamiento casero
Los dolores que se originan en la pared torácica no necesitan más tratamiento que la administración de aspirina o acetaminfén. A veces ayuda la aplicación de calor.
En los traumatismos de la pared torácica. la aplicación de una venda elástica floja basta para limitar los movimientos del pecho, que a menudo exacerban el malestar. Cuando se debe a la tos un dolor torácico especialmente intenso, resulta útil la administración de un antitusígeno con dextrometorfan (Rcmilar o Robitussin-DM).