Los días más fríos pueden ser algunas veces una razón de incomodidad, sin embargo existen algunas opciones para cambiar esta realidad y devolver a los espacios la calidez de la que tanto necesitan, sin importar si es el hogar, la oficina o cualquier otro lugar. Al respecto, las calderas de calefacción son la mejor alternativa.
Estos dispositivos se pueden usar en el hogar o en cualquier otro ambiente, brindan calor y también agua caliente para el baño, dependiendo de su tipo. Las calderas de calefacción pueden ser varias, por ejemplo depende del tipo de combustible que usen, pueden ser eléctricas, a gas y de biomasa.
Las calderas de calefacción eléctricas, son por supuesto las que emplean electricidad para su funcionamiento, en la actualidad son muy empleadas debido a sus diversas ventajas, por ejemplo, son más seguras pues con ellas no hay peligro de fugas de gas o fallas por carencia de mantenimiento. Además, es sencillo encontrarlas con diferentes potencias y tamaños.
Otro tipo de calderas según el combustible que usan son las de gas, pueden emplear gas natural, propano o gasoil. Estas funcionan rápido, se pueden regular según la temperatura deseada, no emiten residuos y su vida útil es bastante larga. Pero necesitan de constante mantenimiento.
Por último, las calderas de biomasa, estas tienen un importante valor ecológico, pues son las que emplean el combustible producto del reciclaje de ciertos materiales que se encuentran en la naturaleza como maderas y masas vegetales, así como desechos de procesos industriales. Algunos ejemplos de este tipo son las calderas de hueso de aceituna y las de cáscara de almendra.
Todas estas calderas de calefacción, las cuales usan varios tipos de combustibles, representan por sí solas diferentes ventajas y ciertas desventajas, la elección depende por completo de las preferencias de cada usuario y de lo que quiera para su espacio en particular.