Los niños sufren constantemente pequeñas cortaduras, raspones, picaduras de insectos e infecciones cutáneas de escasa importancia. Durante la cicatrización es frecuente que la piel pierda algo de su pigmentación. Con el tiempo, el color generalmente se normaliza. La tiña, una infección micótica descrita en el Caso 37, a veces comienza como una pequeña placa redonda y descamativa, y con despigmentación cutánea.
En el verano, en la cara de muchos niños se observan pequeñas placas redondas de despigmentación. Probablemente han existido desde tiempo atrás, pero ahora se hacen visibles porque no se broncean, junto con el resto de la piel, al exponerla a los rayos solares.
Esta afección, que se denomina pitiriasis alba, es de causa desconocida, aunque benigna y sólo interesa por su aspecto antiestético. Puede persistir durante meses y reincidir, pero no produce efectos a largo plazo.
Si se observan en el cuello o la espalda pequeñas placas ligeramente descamativas amarillentas, rosadas o blancas, el problema probablemente se deba a una infección micótica denominada tiña versicolor. Es una infección muy superficial y de poca importancia.
Tratamiento casero
Para la despigmentación cutánea el mejor tratamiento es esperar. La tiña versicolor se puede tratar aplicando Selsun Azul en la zona afectada una vez al día, aproximadamente, hasta que desaparezcan las lesiones..
Paperas
Las paperas son una infección viral de las glándulas salivales. De éstas las mayores se encuentran localizadas debajo y delante del oído. Antes de que haya una inflamación perceptible, el niño puede tener algo de fiebre, quejarse de dolor de cabeza o de oído y sentirse débil.
La fiebre es variable; puede ser apenas superior a la temperatura o hasta de 40°C. Después de varios días con estos síntomas, se inflama una o las dos glándulas salivales mayores (parótidas). A veces resulta difícil distinguir las paperas de la inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello; un rasgo característico de las paperas es que no permiten la palpación del borde del maxilar situado debajo de la oreja.
En las paperas la masticación y la deglución pueden producir dolor atrás de la oreja. Las sustancias ácidas, como el jugo de limón o los pepinillos, pueden intensificar el dolor. Cuando la inflamación es bilateral, la cara del niño puede parecer de conejo. Además de las parótidas, la inflamación a veces afecta otras glándulas salivales, incluso las situadas debajo del maxilar y la lengua.
Los conductos excretorios de estas glándulas pueden hacerse rojos e hincharse. Aproximadamente un tercio de los pacientes con paperas no presentan absolutamente ninguna inflamación de estas glándulas. Muchas personas a quienes preocupan las paperas, quizá han tenido ya la enfermedad sin haberse percatado de ello.
Las paperas son muy contagiosas 2 días antes de los primeros síntomas y aun cuando ha desaparecido por completo la inflamación de la parótida (por lo general, una semana). Las paperas aparecen en el sujeto vulnerable 16 ó 18 días después de su exposición al virus. En los niños, las paperas suelen ser una enfermedad benigna.
El diagrama de alternativas está orientado a detectar las infrecuentes complicaciones, que incluyen encefalitis (infección vira¡ del encéfalo), pancreatitis (infección vira] del páncreas), enfermedad renal, sordera e inflamación testicular u ovárica. Las complicaciones son mucho más frecuentes en los adultos que en los niños.
Tratamiento casero
Mitigan el dolor la aspirina o el acetaminofén. El niño puede tener dificultades para correr, pero lo importante es que consuma líquidos en la cantidad adecuada. Deben suprimirse los alimentos ácidos, incluso el jugo de naranja.
Los adultos que no han padecido paperas deben aislarse del niño hasta que haya desaparecido por completo la inflamación. Muchos adultos que creen no haberlas padecido en la niñez, tal vez tuvieron paperas en forma muy benigna por lo que no corren ya ningún riesgo de contagio.