El pie de atleta es muy frecuente durante la adolescencia y relativamente raro antes de ella.

Es la más común de las infecciones por hongos y suele persistir bastante.

Cuando afecta las uñas de los dedos de los pies, puede resultar difícil su tratamiento.

La fricción y la humedad son factores que agravan el problema. Se ha comprobado que las bacterias y la humedad son sus principales causantes; el hongo es responsable sólo del inicio del cuadro.

Cuando muchas personas usan los mismos vestidores y regaderas en instalaciones deportivas, es imposible impedir que se expongan a este hongo; la infección es más la regla que la excepción. Pero no hace falta practicar un deporte para entrar en contacto con este hongo; se lo halla en todas partes.

Tratamiento casero
La higiene escrupulosa, sin necesidad de recurrir a un medicamento, a menudo resulta efectiva. Los dedos de los pies deben lavarse dos veces al día con agua y jabón, y se secan cuidadosamente con una toalla, sobre todo la piel entre uno y otro (a pesar del dolor que ello produzca). Los calcetines tienen que cambiarse con frecuencia. El paciente debe usar zapatos que permitan la evaporación de la humedad de los pies. Evítense los zapatos forrados de plástico.

Las sandalias y los tenis son lo más conveniente. Es bueno que el paciente se cambie de zapatos cada tercer día, para permitir que se sequen por completo. El uso de polvos para mantener los pies secos es útil en la prevención de reinfecciones. En los casos difíciles se pueden emplear medicamentos de venta libre como el Desenex, en polvo o en crema.

Si los citados productos no son eficaces, hay otro medicamento, también de venta libre pero más costoso, el tolnaftato (Tinactín), que se presenta como crema o como loción. El tolnaftato es de mayor utilidad profiláctica que curativa. Recientemente por sus propiedades secantes y antibacterianas, se ha recomendado aplicar 2 veces al día una solución de cloruro de aluminio al treinta por ciento. Se encarga la solución al farmacéutico, que no es costosa.