Los dos tipos de glándulas que más frecuentemente se inflaman en los niños son los ganglios linfáticos y las glándulas salivales.
De éstas, las más voluminosas se encuentran debajo y delante de los oídos.
Cuando se inflaman las glándulas salivales producen el aspecto de mandíbulas abultadas que es característico en las paperas.
Los ganglios linfáticos son parte de las defensas del organismo contra la infección. Pueden inflamarse incluso cuando hay infecciones leves o imperceptibles, aunque generalmente es posible identificar la que origina la tumefacción.
Los muy conocidos ganglios inflamados en el cuello generalmente acompañan al dolor de garganta o a las infecciones del oído. La inflamación de un ganglio simplemente significa que toma parte en el combate contra la infección.
Los ganglios inguinales se hipertrofian cuando hay alguna infección en los pies, las piernas o la región genital; estos ganglios se inflaman aun cuando no hay ninguna infección perceptible. A veces la causa es de tan poca importancia, que pasa inadvertida (por ejemplo, el pie de atleta).
La inflamación de los ganglios que se localizan detrás de las orejas, es el resultado de una infección del cuero cabelludo, de lo contrario, el niño quizá tenga o ha tenido recientemente sarampión alemán. La mononucleosis infecciosa también puede inflamar estos ganglios.
Si el ganglio inflamado causa dolor y presenta enrojecimiento, puede tratarse de una infección bacteriana que precise de antibiótico. Los demás ganglios inflamados no requieren de ningún tratamiento, pues sencillamente actúan contra infecciones en otros puntos.
Si se acompañan de dolor de garganta o de oído, deben atacarse ambos síntomas, respectivamente. Sin embargo, los ganglios inflamados suelen ser el resultado de infecciones virales múltiples, que no necesitan de ningún tratamiento.
Si el padre o la madre observa que uno o varios ganglios se han hipertrofiado progresivamente a lo largo de 3 semanas, debe consultar al médico. Sólo en raras ocasiones, la inflamación de los ganglios puede ser la advertencia de alguna enfermedad subyacente grave.
Tratamiento casero
Los padres deben limitarse a observar el estado de los ganglios por espacio de varias semanas para comprobar si continúa la inflamación o si otros también empiezan a verse afectados.
La gran mayoría de los ganglios cuya inflamación persiste más de 3 semanas no representa un problema grave, pero es necesario acudir al médico si no tienden a normalizarse. El dolor, que generalmente desaparece en unos días, se debe a la rápida hipertrofia del ganglio en las etapas iniciales de su lucha contra la infección. En cambio vuelven a su tamaño normal con bastante lentitud.