Un corte o una herida es una rotura del tejido cutáneo que puede tener mayor o menor profundidad. Casi todas las heridas se producen de fuera hacia dentro del cuerpo, aunque a veces puede ocurrir a la inversa, como en el caso de algunas fracturas óseas.
Las heridas pueden clasificarse en cinco tipos:
Contusas: Son ocasionadas por choques con instrumentos romos o bien por caídas, y sus bordes presentan irregularidades y magulladuras.
Incisas: Son las producidas por cuchillos, trozos de vidrio o cristal, cuchillas de afeitar y otros objetos cortantes. Estas heridas presentan los bordes limpios y la longitud predomina sobre la profundidad. Es más difícil que haya una infección debido a la hemorragia.
Por despellejamiento: Las producen las torsiones o tirones violentos.
Por mordedura: Al ser causadas por un animal hay que considerar infectada la herida desde el primer momento.
Punzantes: Son las causadas por agujas, tijeras, clavos y otros instrumentos puntiagudos y cortantes.Suelen ser más bien profundas y poco anchas en el orificio. Son benignas siempre y cuando no queden infectadas por el instrumento causante ni hayan afectado arterias, venas, nervios u órganos.
Primer Paso:
Tranquilice al niño. Abrácelo y acarícielo para calmarlo y, acto seguido, pase a la acción.
Controle la hemorragia mediante presión directa. Utilice un trozo de tela limpio o, si no tiene nada al alcance, su propia mano desnuda.
Busque la ayuda de otro adulto, de un niño de más edad que haya en la casa, de un vecino…
Juicio Preliminar:
Reflexione sobre cómo va a prodigar su ayuda. Puede darse uno de estos tres casos:
· Necesita un cuidado profesional: Inmovilice tanto como sea necesario, controle la hemorragia y tome las medidas para el traslado del paciente. Dé órdenes para que alguien se ocupe de los otros niños que haya en la casa. Llame al médico o a una ambulancia, dependiendo de la gravedad.
· Puede curarlo usted mismo.
· No sabe si debe acudir al médico o puede tratarlo usted: Todavía sangra mucho, no hay luz suficiente, el niño está muy nervioso… Prosiga el tratamiento.
Tratamiento:
Toda la situación está controlada, hay luz, el niño está en la cama, sobre la mesa o en el suelo y se encuentra tranquilo; los otros niños permanecen al cuidado de una persona responsable…
Exponga la herida, quitando las prendas de vestir que sea necesario.
Limpie la herida. Un jabón de cualquier clase puede servir, aunque es mejor un jabón líquido que contenga hexaclorofeno. Utilícelo con gran cantidad de agua caliente y gasas. No use algodón hidrófilo ni pañuelos de papel pues dejan restos en la herida.
Aplique un antiséptico (puede ser de hexaclorofeno o de povidona yodada)
Vendaje:
En caso de heridas grandes es necesario juntar ambos lados. Prepare la herida para vendarla. Debe haber eliminado todo rastro de pelo y asegurarse de que los bordes de la misma están bien secos para obtener una mejor adherencia. El alcohol aplicado a la piel alrededor de la herida es un buen agente secante. Abra la herida con cuidado, pero con decisión, y observe que en su profundidad no queden restos de arena, tierra, etc.
Existen tiritas adhesivas que tienen dos superficies anchas para cada lado de la herida y una parte central de tejido no adhesivo, más delgada, para colocar sobre ella.
También puede fabricar estas tiritas con esparadrapo corriente y una gasa.
Aplique una tirita ancha en el centro de la herida y varias tiritas más estrechas en el resto del corte. Fije las tiritas con dos tiras de esparadrapo que colocará a cada uno de los lados de la
herida. Tenga en cuenta que si la herida es realmente profunda, mejor que la cure un especialista.
Vende con cuidado exteriormente. Cambie el vendaje exterior cada 24 horas para investigar la posible presencia de una infección, que detectará por una temperatura local elevada, hinchazón o algunos puntos dolorosos. Puede haber pus.
Si sospecha que hay infección, retire todos los vendajes y deje que se abra la herida. Lave primero con abundante agua y jabón, y luego, con un antiséptico.