Ya sabemos que eres un rebelde sin causa, pero buena persona por dentro, así que seguro que no te sientes bien destrozando el material que no es tuyo por un envidiable y muy loable sentido cívico. No obstante, te gustaría ser igual de malote que los gamberros del cine. Al menos, gastarle una broma a tu escrupuloso profesor o algún compañero de clase que no soporta las babas ajenas.
Pues bien, para eso no tienes ni que gastar un chicle ni que fastidiar a la señora de la limpieza. Lo único que necesitas es un trozo de metal para que el imán pueda cumplir su función con tanto realismo que hasta a ti te dará cosa tocar la supuesta goma de mascar.
Aunque no lo uses para bromear, siguen siendo imanes, con lo que puedes dejar notas en el frigo y colgar los dibujos de tu hermano pequeño. La verdad es que el nivel de detalle es muy alto. Te vienen cuatro piezas mascadas por unos cinco euros aquí.