Vitaminas, abrigo suficiente y ahora también la vacuna. Los cuidados y los escudos más efectivos para pasar el invierno y no caer vencido frente a la gripe. ¿Es o no efectiva la nueva vacuna antigripal?.
El té calentito con limón y miel que la abuela proponía como antídoto efectivo para fulminar cualquier indicio de gripe ni bien surgiera, más la camiseta, los guantes y la bufanda, todos seguirán siendo escudos válidos para evitar el estado gripal. Sumar los nuevos recursos para hacer frente a las bajas temperaturas con el fin de no alterarse frente a los pronósticos de un crudo invierno venidero y pasar esos días sin tropezarse entre analgésicos, pañuelos y sábanas, es el único objetivo.
Será posible alcanzar ese estado de defensa.
La gripe es una enfermedad invariable causada por un virus muy variable, así la definen. Es una infección que se presenta generalmente en invierno y puede desarrollarse en forma de pequeños brotes epidémicos anuales, de epidemias polianuales (2-3 años) y aún de pandemias que aparecen a intervalos irregulares de tiempo (mayores de diez años).
Por lo general es considerada como una infección benigna, sin complicaciones, sobre todo cuando ocurre en adolescentes y adultos sanos fuera de época pandémica, aunque se pueden presentar algunas formas graves producidas por el propio virus o infecciones bacterianas secundarias.
Existen tres tipos inmunológicos de virus influenza: A, B y C. El virus A tiene frecuentes cambios genéticos y en niños puede producir cuadros graves del tracto respiratorio inferior (crup, traqueobronquitis, neumonías), el B con menor frecuencia de cambios genéticos puede llevar a situaciones fatales y el C es estable.
Para que la vacuna sea eficaz debe presentar una composición antigénica idéntica o muy semejante a las cepas de los tipos A y B que se encuentran en circulación porque sino puede suceder que una población vacunada o que ha pasado por infecciones anteriores, se haga susceptible parcial o totalmente al virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha creado un dispositivo de vigilancia epidemiológica constituido por una red de más de 80 Centros Nacionales de la Gripe, distribuidos en todo el mundo más dos Centros Mundiales, situados en Londres y Atlanta con la finalidad de detectar rápidamente la variación antigénica viral. Cada año la OMS de acuerdo a la situación epidemiológica y las variantes aisladas durante el año anterior, recomienda la composición de las vacunas para el año próximo, por eso la vacuna no es estándar sino «hecha a medida» año tras año.
En general, se ha visto que los anticuerpos formados después de las campañas de vacunación aumenta más de tres veces.
En las personas de edad avanzada y en los adultos con infecciones crónicas, la gripe constituye una de las causas más importantes de mortalidad.