Acaban de descubrir otra buena razón para que usted se decida de una vez por todas a abandonar el cigarrillo. Parece que los fumadores tienen niveles mucho más bajos en sangre de un químico importante que protege contra las enfermedades del corazón.
El descubrimiento podría ayudar a explicar por qué los fumadores tienen el doble de riesgo de sufrir ataques cardíacos en comparación a los que nunca fumaron.
La paraoxonase es una enzima que ayuda a prevenir la construcción de depósitos grasos y la consecuente obstrucción de los vasos sanguíneos. Un equipo de investigadores suizos examinó a 596 personas con algún antecedente de enfermedades cardíacas y las pruebas de sangres tomadas revelaron una importante diferencia entre los niveles de actividad de la paraoxonase entre fumadores y ex fumadores, que alcanzaron esa condición tres meses antes del análisis.
Los investigadores encontraron que una vez que los fumadores abandonan el hábito, los niveles de paraoxonase empiezan a normalizarse.
El doctor Richard James del Hospital Universitario de Ginebra explicó: «Durante los dos primeros años de haber abandonado el tabaco la concentración de la paraoxonase y su actividad en los ex fumadores se compara a la de aquellos individuos que nunca fumaron».
El humo del cigarro contiene moléculas llamadas radicales libres que dañan los tejidos del cuerpo, y que estimula el desarrollo de depósitos grasos en las arterias. La nueva investigación sugiere que el que fuma aumenta dos veces la posibilidad de presentar alguna obstrucción arterial.
Amanda Sandford del anti-smoking charity Action on Smoking and Health (ASH -cenizas- sus siglas en inglés) dijo:
«Este estudio acentúa los beneficios de salud del hecho de dejar de fumar sin importar a qué edad ocurra».
Belinda Linden, consejera de la enfermería cardíaca del British Heart Foundation afirmó:
«Ya sabíamos que fumar constituía un factor de riesgo para las enfermedades coronarias, pero era incierto exactamente las causas específicas».
Aunque los mecanismos involucrados necesitan más investigación. Se demuestran bien que el monóxido de carbono y la nicotina daña al corazón y a la circulación.
Nuevos estudios sobre la paraoxonase revelarán una evidencia más extensa sobre el peligro de los cigarrillos que envía humo al corazón. La diabetes y el proceso de envejecimiento también se relacionan con los niveles bajos de paraoxonase.