Consideremos el extraño caso de la quinta enfermedad, cuya popularidad se debe a que puede confundirse con otras erupciones.
Debe su nombre a que siempre ocupa el último lugar en la lista de las más frecuentes de la infancia. Su nombre médico, eritema infeccioso, se olvida fácilmente. Poco falta para que no se la considere una enfermedad.
Su único síntoma es la erupción, carece de complicaciones y no necesita tratamiento. Se identifica por el característico rubor en las mejillas de los niños, como si hubieran sido «abofeteados».
De las mejillas pasa a la cara posterior de brazos y piernas. A menudo se asemeja a un fino encaje color de rosa. Tiende a desaparecer y reaparecer de improviso.
La quinta enfermedad es recurrente por días e incluso semanas, debido al calor (baños calientes) o a irritación. En general, sin embargo, la erupción facial se desvanece a los 4 días de haber aparecido, y en el resto del cuerpo, a los3 a7 días. Su única importancia es que puede alarmar a los padres y hacerlos acudir innecesariamente al consultorio.
Es una afección muy contagiosa; las epidemias de la quinta enfermedad han provocado la injustificada clausura de escuelas. Se desconoce el agente responsable de esta «no enfermedad», pero se sospecha que es un virus. El periodo de incubación es supuestamente de6 a14 días.
Tratamiento casero
No existe ninguno. Los padres sólo deben observar al niño, a fin de cerciorarse de que en efecto se trata de la quinta enfermedad. Debe comprobarse que el niño no tenga fiebre, ya que es inusitada en este cuadro. No hace falta limitar las actividades del paciente.