La tenia solium, la tenia saginata y la hymenolepis nana, comúnmente llamadas «solitarias», pertenecen al género de las lombrices planas que, en su estado adulto, viven en el tubo digestivo de los niños y llegan a medir varios metros de largo.
Puesto que las larvas de las dos primeras se desarrollan en el cerdo y la res, la madre deberá cuidar el cocer bien la carne de estos animales para evitar que sus hijos adquieran la parasitosis.
Los huevos de la segunda se ingieren en los alimentos contaminados de materia fecal humana y probablemente por la acción de las ratas. En caso de parasitosis, los síntomas más comunes que presenta el niño son: sensación de cansancio, somnolencia, dolor abdominal, dolor de cabeza y diarrea.
El padre y la madre deberán estar atentos a la posibilidad de hallar fracciones de la lombriz en las heces.
El principal problema que causan las solitarias es la cisticercosis (infestación de larvas), las cuales, al depositarse en el intestino, lo perforan y se extienden a diferentes partes del cuerpo.
Este padecimiento es extremadamente peligroso cuando las larvas llegan a alojarse en el cerebro del infante porque causa trastornos neurológicos. Los padres deberán llevar de inmediato el niño al médico en caso de encontrarle pequeñas tumoraciones en los músculos y dolores al mismo nivel.
Tratamiento casero
Ya que los síntomas principales generados por la parasitosis son el agotamiento físico y la depresión, el reposo y la tranquilidad son medidas recomendables.
Otros métodos más eficaces para evitar las parasitosis son el de congelar y, posteriormente, cocer bien la carne de res y de cerdo a fin de evitar la ingestión de larvas de solitarias.