Los problemas bucales son muy frecuentes en los niños. Los médicos emplean la palabra lesión para designar cualquier anomalía, sea ésta una úlcera, una placa o un barro.
En los niños de muy corta edad pueden aparecer grandes manchas blancas en el paladar, debidas a una infección por hongos del género Monilia, vulgarmente conocida como algodoncillo.
El algodoncillo o miguet se trata eficazmente con medicamentos, pero lo mismo desaparece solo.
Las bacterias y los virus también pueden causar lesiones bucales. Una infección bacteriana frecuente en niños mayores y en adultos es la que recibe el nombre de boca de trinchera; aquí las lesiones suelen aparecer en las encías.
Cualquier lesión en la encía casi siempre se debe a un virus de herpes. Las lesiones herpéticas comienzan como vesículas y después se convierten en pequeñas manchas rojizas con un centro ulceroso blanco.
En una primera infección, pueden observarse en las encías, en las porciones internas de los labios y de las mejillas e incluso en la lengua. En infecciones reincidentes es más probable que el virus afecte sólo los labios.
Como estas infecciones herpéticas casi siempre se acompañan de fiebre, se las llama vesículas febriles. Cuando las observan los padres, las vesículas generalmente ya han reventado y sólo quedan las ulceraciones subyacentes.
La estomatitis ulcerativa puede ser consecuencia de una herida, como la que ocasiona al morderse accidentalmente el interior del labio o la lengua, o bien puede aparecer sin causa evidente. Estos problemas son de menor importancia y desaparecen en poco tiempo.
Otro virus que puede causar lesiones bucales es el Coxsackie. Estas lesiones suelen acompañarse de manchas en las manos y los pies, a lo que se debe su denominación de «sindrome de manos-pieboca». Este problema también desaparece espontáneamente.
Las reacciones alérgicas a los medicamentos pueden causar úlceras bucales. En estos casos, puede haber erupción en otras partes del cuerpo, por lo que es preciso ponerse en contacto con el médico.
Tratamiento casero
Las úlceras bucales causadas por virus cicatrizan espontáneamente. La meta del tratamiento es reducir la fiebre, mitigar el dolor y mantener la debida ingestión de líquidos. Los niños rara vez querrán comer mientras tengan lesiones bucales dolorosas.
Aun cuando pasen varios días sin que tomen alimentos sólidos, es importante que reciban una dieta líquida adecuada. Los líquidos fríos son los que mejor calman las molestias y las paletas heladas o la nieve de frutas son a menudo útiles. Para las úlceras en el interior de los labios y en las encías, se puede aplicar como protección un pre-parado que tiene el nombre comercial de Orabase.
Para el herpes labial y las vesículas febriles en el exterior de los labios, pueden ofrecer alivio los preparados de fenol y alcanfor (Blistex, CamphoPhenique), sobre todo si se aplican de inmediato. De parecer que cualquiera de estos compuestos causa una irritación adicional, debe suspenderse su administración cuanto antes.
Si las ulceraciones externas se han cubierto de costras, se pueden desprender con compresas tibias. Las úlceras bucales generalmente cicatrizan en una o 2 semanas; cualquiera que persista más de 3 semanas debe ser atendida por el médico.