Con la llegada del calor y los días radiantes de sol, empiezan a aparecer los planes de ir a tomar sol, a la pileta o simplemente pasar una tarde al aire libre.
Si tienes pensado empezar a tomar sol, ten en cuenta estos consejitos para preparar tu piel para un bronceado perfecto.
Nuestra piel no es igual en el verano y en el invierno. Con el frío tiende a volverse más gruesa, más espesa o pueden aparecer granitos u otras imperfecciones.
Por eso, para dejar lista tu piel para el sol, es preciso recurrir a la exfoliación para eliminar todo tipo de impurezas y de esta manera permitir que la piel se renueve con facilidad y se oxigene mejor.
Lo ideal es limpiar bien es realizar la limpieza en todo el cuerpo de esta manera:
Para la cara, lo primero que se debe hacer es una limpieza antes de realizar la exfoliación. Utiliza una leche limpiadora con una esponjita o algodón mediante movimientos circulares y ejerciendo cierta presión para sacar todo resto de maquillaje o suciedad. Ojo, el producto que elijas tiene que ser el adecuado para tu tipo de piel.
Al momento de exfoliar, tenés que tener las yemas de los dedos perfectamente limpias y realizar un ligero masaje sin tener contacto con el contorno de los ojos. Luego dejalo actuar unos minutos y retiralo con agua tibia.
La piel del resto del cuerpo tiende a resecarse con facilidad y si en algunas zonas hay granitos, con la exposición solar pueden producirse enrojecimientos y descamaciones y se corre el riesgo de que el bronceado no sea parejo. De la misma manera con la que limpiaste tu rostro, lo hacés con el resto del cuerpo. Asegurate luego de darte una ducha y retirar todos lo restos de producto