Irlanda es un sitio más que recomendable a la hora de realizar un viaje de placer, gracias a la gran cantidad de atractivos con los que cuenta. Dublín, la ciudad capital del país, es el destino irlandés por excelencia. Allí es posible encontrar un agradable ambiente, que mezcla a la perfección lo tradicional con lo cosmopolita. Alberga numerosos barrios en donde la antigüedad y la modernidad se encuentran en perfecta armonía, razón por la cual resulta imperdible pasear por sus calles y disfrutar de las múltiples atracciones que posee.
Uno de los tantos lugares de interés pertenecientes a Dublín es el parque de Fénix. Se trata de un amplio espacio compuesto por un total de 700 hectáreas, razón por la cual se constituye como el más grande en su tipo de cualquier capital de Europa. Data del año 1660, cuando fue creado con el fin de funcionar como un sitio privado de caza. A pesar de esto, en el 1747 fue abierto al público.
Es fundamental tener en cuenta que este parque forma parte de los Jardines Zoológicos, sin dejar de mencionar que es una zona de preservación de varias especies de flores. No caben dudas de que es imposible visita Dublín sin recorrer este maravilloso sitio, en el que es posible realizar toda clase de actividades al aire libre, como caminar, relajarse, correr, andar en bicicleta, jugar al criquet y mucho más.
Además de todo esto, cabe destacar que el parque de Fénix posee un encantador estanque, baños, estacionamientos, un restaurante y una pintoresca casa de té, aportando todas las comodidades que un turista puede desear al momento de visitar un lugar como este. Por último, no podemos dejar de mencionar que esta área suele ser escenario de numerosos espectáculos.