Estos problemas son muy frecuentes y casi nunca necesitan tratamiento. Prácticamente todos los niños normales, desde que nacen hasta que dan sus primeros pasos, tienen las piernas más o menos arqueadas.
Esta particularidad llega al máximo aproximadamente al año de edad y, por lo general, desaparece a los 2 años.
La fuerza que la musculatura de las piernas adquiere durante el primer año que el niño camina parece lograr la corrección de esta anomalía, que a menudo es más aparente que real (muchas veces desaparece con sólo juntar los tobillos).
La desviación de las piernas’ hacia fuera aparece más o menos un año después. Se hace más patente a los 3 años de edad y suele acompañarse de pie arqueado o pies torcidos hacia dentro, lo que es en realidad una respuesta compensatoria para mantener el equilibrio. Esta anomalía suele corregirse sola, sin ningún tratamiento, por ahí de los 6 años de edad.
Hace tiempo la deficiencia de vitamina D (raquitismo) ocasionaba piernas arqueadas, pero esto casi nunca ocurre en el caso de niños bien alimentados. Raras veces, las piernas arqueadas requieren de tratamiento médico, pero cuando se dan esos casos, el problema es grave y tiende a empeorar con el tiempo. Las piernas torcidas hacia fuera tampoco suelen necesitar de ningún trata procede después de haberse realizado mediciones cuidadosas que revelen que la anomalía ha empeorado y que la deformidad sea considerable. Casi siempre se puede discutir este problema con el médico en forma incidental, durante una de las consultas de revisión, pues en general no justifica concertar una cita especial.
Tratamiento casero
Todo lo que se necesita es por regular observar al niño. Hay que recordar que el arqueo de las piernas tiende a ser más notable durante el primer año de vida y a corregirse espontáneamente a partir de entonces. La ambulación adecuada y otros ejercicios que refuerzan la musculatura de las piernas son importantes para la salud general de: niño, tanto como para el correcto desarrollo de las piernas.