El mundo de la fotografía lleva en constante evolución desde que se inventó a principios del siglo XIX. Desde los primeros fotograbados hasta las imágenes digitales que hoy día podemos hacer con las cámaras de nuestros teléfonos móviles hay muchos años de investigación e innovación.
Si hace dos siglos para conseguir una fotografía se necesitaban muchísimas horas, hoy en apenas un segundo se pueden conseguir incluso varias, lo que demuestra los avances a los que se ha visto sometido este arte. Ya no es necesario ni siquiera el papel, y la mayoría llenamos las memorias electrónicas de nuestros equipos informáticos con miles de imágenes que podemos archivar y catalogar de manera casi infinita.
Pero si algún día hubiera un problema y se nos estropeara la memoria, perderíamos todos los recuerdos que guardamos dentro. Por eso es aconsejable tener copias de estos archivos, o volver a la impresión en papel fotográfico.
Con las modernas impresoras de las que hoy disponemos en la mayoría de los hogares, podemos imprimir fotografías de la mejor calidad y guardarlas en nuestros álbumes. O también podemos recurrir a los servicios comerciales que se encargan de “revelarnos” esas fotografías, como se hacía antes cuando se llevaban los carretes a las tiendas. Estas tiendas aún existen hoy, aunque se han tenido que reinventar y ahora también ofrecen sus servicios desde la red de redes, Internet. La mayoría de los estudios fotográficos nos ofrecen como un servicio extra diseñar nuestros propios álbumes de fotos, en los que podemos retocar, poner bordes, elegir fondos y aplicar efectos y filtros para darles otro estilo. En las tiendas virtuales encontraremos todo tipo de opciones catalogadas por nombres como fiesta álbum, mini álbum, y así por el estilo. Cada modelo tendrá unas características que podemos analizar y elegir entre todos los modelos cuál de ellos es nuestro preferido. Así no perderemos nuestras fotos y tendremos un original regalo.