Mié. Oct 2nd, 2024

En los últimos años la obtención de beneficios sociales y/o medioambientales con un retorno financiero aceptable se ha convertido en un objetivo ansiado por inversores particulares e institucionales. El boom de las inversiones verdes y azules demuestra que este propósito es alcanzable, que no es simple filantropía o una quimera sin fundamento.

Los fondos de impacto se han consolidado como un instrumento eficaz y medible para materializar las soluciones sociales y ambientales que requiere el mundo actual. Este tipo de inversión no renuncia a la búsqueda de rendimiento financiero, esencial para el sostenimiento a largo plazo de cualquier institución de inversión colectiva por sí misma, a excepción de las inversiones sin ánimo de lucro donde el ROI no forma parte de la ecuación.

¿Qué son los fondos de inversión de impacto?

Un fondo de inversión de impacto o impact investing es aquel dedicado a seleccionar y favorecer inversiones que persiguen un ‘impacto’ en la sostenibilidad de las sociedades humanas y el medio natural. Además de este beneficio social o ambiental, se busca un rendimiento financiero cuantificable y satisfactorio para las partes implicadas.

Esta modalidad de inversión de capital opera con un frágil equilibrio entre la influencia social positiva y la obtención de utilidades económicas, sin perder de vista «la premisa de que la ayuda internacional y el gasto público nunca serán suficientes para financiar y escalar adecuadamente las soluciones a los problemas más acuciantes del mundo», citando a la Fundación Rockefeller, impulsora del concepto de inversión de impacto.

Los fondos de inversion de impacto social y ambiental se enfocan, pues, en la resolución de problemas y necesidades diversas: el desarrollo de una agricultura más sostenible, la accesibilidad de la atención sanitaria, la construcción de viviendas pasivas y asequibles, la eliminación de las desigualdades sociales o la desvinculación de los gases GEI del desarrollo económico, entre otros desafíos.

Dos términos relacionados con la inversión de impacto son (1) las ‘oportunidades de impacto’ (impact opportunities), definibles como cualquier situación injusta o deficitaria para la sociedad o el medio ambiente que puede corregirse, y (2) las ‘empresas de impacto’ (impact companies), que son todas aquellas que brindan respuestas a los desafíos sociales y ambientales. También integran en sus plantillas a personas con dificultad para acceder al mercado laboral.

Las inversiones de impacto se desenvuelven en toda clase de mercados desarrollados y emergentes, con proyectos orientados a la obtención de tasas de rendimiento (ROR) por encima o por debajo del mercado. Sus principales beneficiarios son el medio ambiente, los colectivos vulnerables, las personas en desempleo y la mujer.

Impacto social y/o ambiental con retorno financiero, objetivo central de la inversión de impacto

Así pues, los fondos de impacto en España y otros países de la UE se proponen minimizar las consecuencias negativas de la actividad industrial y comercial sobre las poblaciones y el medio natural. Por sus planteamientos y objetivos, este modelo se encuentra a caballo entre la filantropía convencional y los enfoques de inversión más tradicionales, aunando las ventajas de unos y de otros en una simbiosis benéfica para el ser humano.

La intencionalidad de las metas sociales y ambientales es una característica inseparable de las inversiones de impacto, al igual que la mensurabilidad del impacto en cuestión. En este sentido, las empresas cuentan con herramientas y metodologías útiles para medir la influencia de sus acciones, como el Impact Management Project (IMP) o la Teoría del Cambio.

Por su parte, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para 2030 suponen un marco de referencia valioso para determinar si los esfuerzos de los fondos de impacto social están generando los resultados deseados.

Inversión de impacto: así es el sector del billón de dólares

El sector de la inversión de impacto vive un momento dulce. Sus dimensiones superaron en 2022 la cifra del billón de dólares, alcanzando los 1,164 billones, según el informe ‘Sizing the Impact Investing Market’ desarrollado por Global Impact Investing Network (GIIN), una red internacional creada para defender y promover este modelo inversor.

Hoy, los proyectos de inversión de impacto atraen a un número creciente y diverso de entidades y grupos inversionistas: fondos de pensiones, gestores de fondos institucionales, fundaciones privadas, compañías de seguros, angel investors, grandes patrimonios privados, instituciones religiosas, etcétera.

En este contexto, gestoras pioneras como Creas desempeñan un rol decisivo en la selección de empresas sociales, convencida del poder de la inversión de impacto para la construcción de un mundo mejor.

El concepto de inversión de impacto surgió en 2007, a raíz de las investigaciones de un grupo de expertos financieros convocados por la Fundación Rockefeller, que desempeñó y sigue desempeñando un papel destacado en el desarrollo de este modelo inversor a través de la red GIIN.

Por Atomico