No solo se trata de limpiar, tonificar e hidratar, a las mujeres les enseñan que el ritual debe de ser todos los días desde que comienzan la adolescencia. Limpiar correctamente la piel es el favor más importante que se le puede hacer al cutis, pero el exceso de limpieza aunque sea solo el agua, puede eliminar los aceites o grasas que la piel produce de forma natural, teniendo como consecuencia la sequedad e irritación. Los productos para la limpieza de la piel se encuentran bajo muchas formas, desde barras, geles, lociones y cremas, siempre escogiendo el correcto para el tipo de piel.
Después de aplicarte el limpiador correcto, es recomendable que te des un masaje con los dedos y dejárselo puesto durante un minuto para dar tiempo a que el maquillaje se diluya ya que eso hará que sea más fácil retirar la suciedad, la contaminación atmosférica y los productos cosméticos que se haya aplicado a la piel sin tener que presionarla demasiado. Hay que llevar a cabo este proceso hasta dos veces que su tejido/algodón no muestre un rastro de suciedad. Es importante que cada noche, recuerdes quitarte ya se el maquillaje o lo que tengas en ese momento en el rostro, no importa que tan cansada o bebida estés.
Jamás utilices cada día un producto de limpieza para el cutis que tenga prosperidades exfoliantes porque eso puede arañar la capa viva de la piel. Si quieres utilizar de vez en cuando un renovador facial, busca uno que tenga gránulos sintéticos, que no le arañaran la piel y además nunca te llegues a exfoliar la cara más de tres veces a la semana. Recuerda que no debes de estar manteniendo tu rostro por tanto tiempo hacia la luz del sol o los rayos ultravioleta.